Nadie es ajeno al calor extremo, incluso las personas más jóvenes y mejor preparadas físicamente pueden verse afectadas por las altas temperaturas a pesar de no considerar que pueden ser vulnerables. Por eso es importante no pasar por alto una alerta de ola de calor y ser conscientes de que cualquier persona puede verse afectada por ella independientemente de su género, edad o condición social. ¿De verdad piensas que no eres vulnerable?
El calor afecta de lleno a nuestra vida diaria aunque estemos acostumbrados a convivir con él, razón que a menudo nos hace minusvalorar sus riesgos. Una ola de calor incide en nuestra salud y también en nuestra agudeza mental, reduce la seguridad y la productividad de los trabajadores, disminuye la capacidad de aprendizaje de los niños en los colegios, afecta a las infraestructuras y transportes, reduce los rendimientos agrícolas y pone en riesgo la seguridad alimentaria entre otros muchos factores.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, cualquier persona puede verse afectada por una ola de calor. De ahí la importancia de conocer de antemano su existencia y saber qué clasificación tendrá dicho fenómeno en función de su impacto en la salud de las personas para poder tomar medidas de prevención.
Aunque todos podemos ser vulnerables al calor, hay personas que por sus condiciones han de tener especial cuidado ante la alerta de un fenómeno de este tipo. Entre los grupos que deben tener especial precaución destacan:
- Adultos mayores de 65 años.
- Niños y especialmente bebés y lactantes.
- Personas con afecciones médicas preexistentes o enfermedades crónicas: patologías cardiovasculares y respiratorias, obesidad, diabetes, enfermedades mentales.
- Personas que trabajan al aire libre o cocinan en sitios cerrados.
- Personas que viven solas y aquellas que son dependientes.
- Personas que viven en condiciones de exclusión social.