La directora del Centro de Resiliencia Adrienne Arht Rockefeller Fundation, impulsor del proyecto proMETEO Sevilla, explica que las olas de calor son el fenómeno meteorológico que más efectos tiene en la salud y en la economía. Kathy Baughman subraya que los sistemas de alerta temprana ante el calor se han vuelto esenciales, sobre todo en las zonas más expuestas. En la entrevista, detalla el modelo ensayado en Sevilla, con el objetivo de ayudar a las comunidades a prepararse para afrontarlo. Urge hacerlo. Es la forma de garantizar la seguridad y el desarrollo económico cuando los episodios de calor extremo están aumentando con el cambio climático.
¿Cuál es el origen de la iniciativa para medir el impacto de las olas de calor?
El cambio climático y la urbanización siguen intensificando la temperatura, la frecuencia y la duración de las olas de calor. Se calcula que para 2050, mil millones de personas estarán expuestas a olas de calor letales. Para responder a la amenaza del calor extremo, los sistemas de alerta temprana se han vuelto más esenciales que nunca.
Impulsado por la necesidad crítica de encontrar soluciones inmediatas y ampliables para hacer frente a las consecuencias del calor extremo provocado por el clima, el Centro de Resiliencia de la Fundación Adrienne Arsht-Rockefeller (Arsht-Rock) se propuso desarrollar la metodología que sustenta un innovador sistema de categorización y denominación de estos fenómenos en lugares específicos centrado en los resultados para la salud humana. Reuniendo al panel asesor científico de la Alianza para la Resiliencia ante el Calor Extremo (EHRA) del Centro, a líderes locales y regionales, así como a socios meteorológicos y académicos, el centro puso en marcha el primer proyecto piloto de categorización y denominación basado en el impacto sobre la salud en Sevilla, España.
¿Por qué se ha elegido Sevilla para poner en marcha la iniciativa de categorizar y nombrar las olas de calor?
En octubre de 2021, el Ayuntamiento de Sevilla se comprometió a colaborar con Arsht-Rock para pilotar la categorización y denominación de las olas de calor. La región de Andalucía se encuentra entre las más calurosas de España, donde las temperaturas se disparan por encima de los 40°C o 104°F. En el verano de 2021, cuando gran parte de Europa sufrió olas de calor prolongadas y que batieron récords, Montoro, una ciudad de unos 9.500 habitantes del sur de España, alcanzó una temperatura sin precedentes de 47,3°C (117,3°F), la más alta jamás registrada en el país. Por eso es tan destacable el esfuerzo por desarrollar un sistema de denominación y categorización en Sevilla, no solo para abordar los problemas de salud pública relacionados con el calor, sino también para desarrollar la capacidad de resiliencia, proteger el empleo y fomentar el crecimiento económico.
El pasado verano, con la puesta en marcha de proMETEO Sevilla, Sevilla se convirtió en la primera ciudad del mundo en pilotar el sistema de Arsht-Rock para categorizar y nombrar las olas de calor. Dado que el cambio climático sigue intensificando la temperatura, la frecuencia y la duración de las olas de calor, proMETEO sensibilizará e informará a los sevillanos sobre los peligrosos efectos del calor en la salud humana mediante el anclaje de las campañas de concienciación pública en un sistema de categorías escalonadas integrado en los planes de respuesta a emergencias y catástrofes de la ciudad.
ProMETEOSville es una colaboración entre el Ayuntamiento de Sevilla, la Alianza para la Resiliencia ante el Calor Extremo (EHRA) de Arsht-Rock, el Grupo Asesor Científico, compuesto por destacados climatólogos, científicos sociales y del comportamiento, y expertos en salud pública y ayuda en caso de catástrofes, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), la Universidad de Sevilla, la Universidad Pablo de Olavide, el Instituto Carlos III, la Oficina Española de Cambio Climático y El Día Después.
¿Por qué es tan importante nombrar y categorizar las olas de calor como ya se hace con otros fenómenos meteorológicos?
El calor extremo provocado por el clima es el desastre natural más mortífero al que nos enfrentamos. Sin embargo, la conciencia sobre la devastación humana y económica que causan las olas de calor es absolutamente insuficiente. Afecta a nuestra salud y agudeza mental, reduce la seguridad y la productividad de los trabajadores y disminuye el aprendizaje de los niños. Disminuye el rendimiento agrícola y la seguridad alimentaria, funde infraestructuras críticas, pone en riesgo la energía, la resistencia de la red eléctrica y los objetivos de emisiones de gases de efecto invernadero, e interrumpe la vida y los negocios cotidianos de muchas otras maneras.
El paso de categorizar y nombrar las olas de calor, como se hace con los huracanes y otros fenómenos meteorológicos peligrosos, puede ayudar a las comunidades a prepararse y responder al calor extremo y a salvar vidas. Es un paso fundamental para que las autoridades locales puedan comunicar mejor el riesgo de calor, aumentar la flexibilidad de su respuesta a las emergencias y poner de relieve los daños humanos y económicos causados por las olas de calor.
¿Cómo funciona el sistema de alerta?
El sistema de categorización y denominación de olas de calor basado en la salud de Arsht-Rock tiene tres componentes clave que permiten a las autoridades locales y al personal de emergencias preparar y desplegar respuestas racionalizadas y escalonadas antes y durante una ola de calor:
- Un algoritmo subyacente para estimar los resultados sanitarios de las condiciones meteorológicas previstas.
- Un procedimiento para comunicar las alertas sanitarias por calor.
- Y, por último, un conjunto de acciones recomendadas para cuando se emitan las alertas.
El sistema de categorías se adapta a cada jurisdicción y se integra en los planes de respuesta a emergencias y desastres de la ciudad. La ciencia sigue siendo la misma, pero se captan los riesgos únicos de cada ciudad, lo que permite una acción escalable. Las categorías se basan en el exceso de peligro esperado por la temperatura, la humedad y las condiciones previstas en los treinta días anteriores. El sistema sólo emitirá una alerta y categorizará la ola de calor si las condiciones son peligrosas. Las previsiones pueden actualizarse desde cada quince minutos hasta dos veces al día, según la práctica local.
Cada categoría desencadenará un conjunto distinto de medidas y políticas de seguridad, como la apertura de piscinas y parques acuáticos de la ciudad, o la activación de un cuerpo de trabajadores sanitarios de la comunidad encargados de controlar a los ancianos y otras personas de riesgo en las condiciones de calor más peligrosas. Las olas de calor designadas como eventos de categoría 3 -la más grave- recibirían un nombre.
¿Cuáles son los objetivos de este proyecto?
- Ayudar a las personas y a las comunidades a prepararse y a responder al calor extremo, a comprender qué recursos están disponibles y las acciones específicas que pueden llevarse a cabo.
- Permitir a las autoridades locales desarrollar la capacidad de recuperación, abordar los problemas de salud pública relacionados con el calor, comunicar mejor los peligros del calor extremo y aumentar la flexibilidad de su respuesta a las emergencias.
- Resaltar los daños humanos y económicos causados por las olas de calor, proteger los puestos de trabajo y fomentar el crecimiento económico.